Con gran pesar hemos recibido la noticia del fallecimiento de Claudio Naranjo, y como institución no podemos quedar al margen de los homenajes a la memoria de uno de los pensadores más influyentes en materia de educación durante la segunda mitad del Siglo XX. La obra de Claudio Naranjo ha inspirado nuestra misión y compromiso desde el comienzo de nuestra historia como fundación dedicada a difundir y reflexionar sobre la necesidad del cambio en la manera en que concebimos la educación, su importancia y rol en la sociedad.
Cambiar la educación para cambiar el mundo, es el título de una de sus obras más célebres y provocadoras, pero también es una consigna en la que creemos firmemente y es uno de los pilares en los que se sustenta nuestra convicción de que una educación diferente es posible, pero por sobre todo es necesaria. “Si queremos mejorar nuestra sociedad, necesitamos personas más completas. Eso es algo que solo conseguiremos si cambiamos la educación", cita aquel libro que, como toda la obra y vida del maestro Naranjo, ha iluminado, no solo a nosotros, sino a centenares de intelectuales, docentes y otros líderes sociales para trabajar y luchar por una Nueva Educación, una que potencie las habilidades, los valores, y ponga en valor la relevancia de la emociones en la formación de personal para estimular el crecimiento intelectual pero también el crecimiento espiritual, aquel que hemos olvidado en el camino de la competencia y el individualismo.
Una educación holística, que considere todos los aspectos del ser humano con sus fortalezas y debilidades, deshaciéndose de los dogmas y convenciones. Una educación que tiene como base la cooperación y el aprendizaje colectivo, donde realmente todos juntos somos mucho más que cada uno por separado. Ese parte del legado del maestro Claudio Naranjo, y que hoy queremos destacar y compartir en agradecimiento por sus reflexiones y enseñanzas que sin lugar a dudas seguirán impactando a generaciones venideras.
Gracias inspirarnos a trabajar por una Nueva Educación, su obra y su memoria seguirán vivan como una llama inextinguible que iluminarán el camino hacia una sociedad mejor, más justa e inclusiva. A sus estudiantes, sus amigos personales y familia, les extendemos un profundo y cálido abrazo. Paz.
