La cuarta revolución industrial es una realidad y la estamos viviendo. La automatización, la robótica y la inteligencia artificial estarán cada vez más integradas a la vida cotidiana, y los niños de hoy dentro de 20 años tendrán trabajos que hasta ahora no existen, porque serán aquellas actividades que los robots nunca serán capaces de hacer propiamente humanas, como la creatividad y la interacción significante con el otro.
Es por eso que desde ya es urgente una Nueva Educación centrada en el propósito, el sentido, la colaboración y el reconocimiento. Estas son la claves para abordar los desafíos que nos trae el desarrollo tecnológico del siglo XXI.
Un mundo en que las máquinas se perfeccionan día a día, también lo mejor de los seres humanos ha de florecer para tener un futuro de vida y esperanza. ¡Florece una Nueva Educación!